La antiventa

Kurt Schwitters, «el primer reciclador», juega con nosotros en esta pieza a mezclar
tendencias, quizá porque nunca el burgués fue plenamente aceptado por los dadá de
Tzara. Quizá por eso encontramos la palabra «mouvement dada» en este collage, porque
tal vez se estuviera riendo de una adscripción en la que no encajaba. Parecería que este
mundo fragmentario, al modo cubista, girara y fuera cobrando velocidad como habrían
aplicado los futuristas o esa figura descendiendo la escalera de Duchamp.

Ya solamente queda el Merz, la antiventa, una abstracción hecha de recortes de periódicos, tal vez porque también la palabra, transformada en propaganda ha caído en el descrédito

Schwitters se vuelve tan enigmático como esa suerte de espejo translúcido que nada muestra o quizás se trate de una experiencia de pareidolia, donde recomponemos esa figura sin rostro que vagamente recuerda a un ser humano, despojado de todo lo que lo hace reconocible. No hay nada que se sostenga en pie: la guerra ha pasado por encima de todos, incluidos los vanguardistas que en su incredulidad iconoclasta pegan como hace Schwitters los pedazos de una realidad que se resiste a recomponerse. Del «Kommerz» ya solamente queda el Merz, la antiventa, una abstracción hecha de recortes de periódicos, tal vez porque también la palabra, transformada en propaganda ha caído en el descrédito al que la llevó la guerra del 14 y que en los albores del Tercer Reich redoblará su pérdida de valor.
La composición tiene una profundidad visual que, sin embargo, no encontramos en las obras más conocidas de su admirado Mondrian, y recrea la sensación de pérdida del hombre en ese marasmo de rascacielos que por entonces empezaban a proliferar en las ciudades. Sin embargo, pese a la fragmentación el uso de tonos ocres da una unidad al conjunto y genera un sosiego que se opone a los perfiles afilados de las distintas estructuras dispuestas sobre la obra. Más adelante, Schwitters incorporará otros materiales, trozos de madera, engranajes y todo tipo de objetos aportando una mayor tridimensionalidad que ya percibimos en esta pieza.
El lenguaje de la propia obra destila esa falta de pretensiones y también esa repugnancia por lo que se salga de la vida cotidiana de la que habla Tzara en su conferencia publicada en Merz en 1924. La vitalidad del ismo reside en esa indiferencia frente a la estupidez de una realidad que se ha mostrado insuficiente para calmar al hombre dadaísta que huye de la magnificencia y de los intereses económicos y solamente después de ese grito incómodo que para muchos les caracteriza regresa a su calma de ser humano que no conoce fronteras, lo que convierte en universal esa forma de ser dadá.

TÍTULO: A RADIATING WORLD
AUTOR: KURT SCHWITTERS
AÑO: 1928
TÉCNICA: PINTURA SOBRE ÓLEO
LOCALIZACIÓN: PHILLIPS COLLECTION
DIMENSIONES: 37 ½ X 26 ¾ 95.25
X67.945 CM.


Bibliografía:
https://monoskop.org/images/6/61/Dietrich_Dorothea_The_Collages_of_Kurt_Schwit
ters_Tradition_and_Innovation_1993.pdf

https://blog.phillipscollection.org/2012/12/28/radiating-world-kurt-schwitters-ellissitzky/
https://books.google.es/books?id=RyB8AgAAQBAJ&pg=PT83&lpg=PT83&dq=kurt+sch
witters+radiating&source=bl&ots=UDOX8-
SayA&sig=ACfU3U39psRiW13hReWr1Z8t5fz5oZvHUA&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwj4o
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