¿A quién perjudica la igualdad?

Lebensborn - el programa nazi para crear niños de "raza pura" - Antares  Historia
Fuente: http://antareshistoria.com/lebensborn-programa-nazi-crear-ninos-raza-pura/

Reproduzco un debate que se ha seguido hoy en la red profesional por excelencia, LinkedIn, a raíz de un comentario de una técnica de Igualdad y en el que he participado. Cuando una se encuentra en búsqueda de empleo tal vez debiera seguir los consejos sobre el comedimiento que procede para no herir ninguna sensibilidad, pero ¿tanto molesta la igualdad?

La polémica se abría con el citado post que cito tal cual: «El titular me informa de donde es y a que se dedica su padre, pero…¿cómo se llama?

Considero que el titular debería haber sido «Adriana Rial, la número 1 de la Guardia Civil», porque el ser la número uno no tiene nada que ver con el lugar donde reside ni a que se dedica su padre sino a ella, la que ha trabajado por ser la número 1, Adriana Rial». La noticia a la que alude es ésta

http://www.farodevigo.es/ourense/2021/07/19/numero-1-guardia-civil-ourensana-55204595.html

A partir de ahí y dado que, de inmediato el comentario ha herido susceptibilidades he querido terciar a favor de la autora del post, indicando que «el gentilicio y la indicación de que ‘lo lleva en la sangre’ parece bastarle al periodista para anonimizar a la guardia civil como si sus méritos se debieran atribuir a esas dos condiciones, ser hija de y la procedencia que, por lo visto quizá puntúe 😅».

Se me ha atribuido una supuesta acusación de desprecio a la protagonista de la noticia por parte del periodista, a lo que he tenido que matizar que de lo que hablaba era de «titular adecuadamente. Es importante que los profesionales cuidemos el tratamiento de la información, porque como usted sabe, siendo responsable de recursos humanos, lo más importante son las personas. La técnica de Igualdad únicamente destacaba esa ausencia de personalización tan necesaria en las historias, sobre todo, por la relevancia que tiene que un cuerpo como el de la Guardia Civil cuente con referentes también femeninos».

Se ha terciado en tropel y de forma desordenada que «cualquier persona q conozca algo de las FyCSE y de los valores de cualquier familia tradicional sabe q el mayor orgullo de los hijos es seguir la carrera de sus padres, y eso es lo q sin ninguna duda piensa Adriana, mujer orgullosa de su padre sin ningun complejo de genero como parecen tener muchas personas hoy en dia 😉 PD: es triste ver q linkedin se ha convertido (cada vez mas) en un instrumento de propaganda de mensajes politicos en lugar de una herramienta vinculada al trabajo…». Ante eso, claro, poco hay que decir, porque si dividimos la sociedad en familias tradicionales y las que no lo somos, llegamos a la conclusión de que efectivamente, hay mucha propagande indebida en las redes, pero mientras que, aceptando ese hecho como válido, unas somos incluyentes y otras son limitantes, reduccionistas. Y sí, aunque no me reconozco en esa tradición que suena a carlismo, seguramente soy más firme defensora de ese tipo de familia, porque de momento mi unidad familiar no se ha alterado en más de veinte años… y que así siga. Lo que no quita que a mi hijo le esté inclucando los valores de igualdad, rechazo al racismo, la aporofobia, la homofobia, las dictaduras y un largo etcétera que hasta hace poco no había que profesar, pero desde hace unos años parece imprescindible recitar como el catecismo de quienes nos quieren devolver a una sociedad que ya no existe, la de una decencia que sus propias incoherencias vitales y familiares ni siquiera sostienen en pie.

He expuesto distintas líneas argumentales contra lo que parecía una negación sin más de lo evidente y es que la reiteración de este tipo de titulares opera en la líneas de la invisibilización, cuando precisamente lo que se intenta destacar es la alegría que entiendo que a todos nos provoca que cada vez sean más las mujeres que participan en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y para ello, intentando quitarle hierro al tema he dicho que «el nombre es lo que nos identifica y nos permite no cosificarnos. Tal vez haya otra orensana, hija del Cuerpo…».

Hay quien en un alarde de sarcasmo ha llegado a afirmar «pues anda que no hay NÚMEROS UNO, hombres en la GC, y no salen en las redes sociales, no tienen necesidad de decirlo a todo internet. Felicidades Adriana por su esfuerzo, pero no confundamos igualdad con feminismo……….no es ninguna proeza lo que ha hecho o conseguido, hay muchos y muchas números 1…….y no necesitan que les saquen en portadas». Se ve que la contabilidad o la historia de nuestro país no son el fuerte de este usuario de la red social, ya que parece no querer darse cuenta de que hasta hace bien poco las mujeres no podíamos realizar muchas acciones hoy cotidianas sin permiso de nuestros maridos y que eran excepcionales las carreras profesionales que no se veían interrumpidas por la maternidad. Derechos todos ellos que hoy disfrutan quienes aseguran no seguir necesitando apoyar su férrea defensa.

En un momento dado le he indicado a otro usuario que «la mención a su profesión (responsable de Recursos Humanos) como a la mía era únicamente un intento de acercar posturas. Entiendo que como usted en su día a día no aplica procesos de selección con sesgo de género le sorprenda la insistencia, pero sabrá que esas situaciones se siguen produciendo. En la comunicación hay estupendos manuales que nos enseñan a abordarlo y puede encontrar ejemplos como los recursos para el lenguaje inclusivo del Línea Madrid – Ayuntamiento de Madrid o en otras materias como el urbanismo con perspectiva de género, editado por la Junta de Andalucía https://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/ugen/sites/default/files/documentos/98.pdf . Aunque no es cosa de nuestro pais, como verá en este vídeo, https://www.youtube.com/watch?v=udSjBbGwJEg la importancia de integrar a toda la ciudadanía va en beneficio de la comunidad y pensar en las mujeres a la hora de ubicar un banco para sentarse, por ejemplo, a la hora de diseñar los espacios públicos es contribuir a que las madres dispongan de espacios de descanso en período de lactancia o pensar en la distribución de las luminarias redunda en la seguridad de las mujeres, pero también de los hombres ¿o acaso no hay calles oscuras que también intimidan al más osado?».

Todas hemos padecido en mayor o menos medida situaciones incómodas -no hablo por supuesto de violaciones o abusos sexuales- sino de frases que, por lo visto, van a volver a ser políticamente correctas a poco que nos descuidemos, porque hay quienes creen, mujeres incluidas, y las más fervientes, por cierto, que tenemos «exceso de celo» en la defensa del feminismo.

https://inesalonsodevega.com/2019/02/15/hombres-amenazados-por-feminismo/

Nunca me he considerado feminista. No creo que ser el modelo de feminista ni clásico, ni contemporáneo: mi feminismo ha pasado siempre por no aceptar las injusticias y como muchas de ellas han sido por mi condición de mujer, la vida me ha posicionado para desgracia de mucha de esas personas en el otro lado. Como digo, tengo una pareja heterosexual consolidada, un hijo y de momento no he sentido la necesidad de recurrir al divorcio como sí han hecho muchos adalides de la pureza hispánica. Pero lo que sí he sufrido, especialmente por lo rotunda de mi anatomía son comentarios invitándome a «ser más simpática», dejar de apreciar mi inteligencia, porque al parece no hace juego con mi aspecto físico, incluso a ser personaje de una novela si, a cambio, me dejaba seducir… Ahora mi recuerdo ya incluye una sonrisa, pero en su momento lo viví con la angustia de quien debe recomponer el gesto ante tales insinuaciones. No digo que una no pueda seguir adelante y endurecerse frente a esos comportamientos improcedentes, pero quisiera que regresáramos a ese mundo de hace no tanto en el que empezaba a existir un rechazo generalizado al machismo, a la desigualdad en el trabajo y sobre todo, a la violencia de género. Todo ello ahora mismo vuelve a estar lamentablemente sobre la mesa de debate y me pregunto si para volver a la situación de partida, ésa que ahora echo de menos de hace unas décadas, dpnde reinaba la conciencia de que la igualdad es buena para la sociedad en general, hará falta un proceso como el de la llamada culpa en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Como sabrán al término de la misma hubo autores como Janowitz que reclamaron un sentimiento de abierto rechazo y distanciamiento social contra las atrocidades cometidas por los nazis como método civilizatorio de superación.

https://www.jstor.org/stable/2770938

Haz clic para acceder a Justicia_transicional_en_Alemania.pdf

son buenos materiales de lectura en ese sentido.

Traspongan a glosario antisemita lo que estamos comentando y entenderán que si anasumible era correr un tupido velo sobre la responsabilidad colectiva de una sociedad que miró a otro lado o se quería refugiar en la obediencia debida, tampoco procede hacerlo frente a quienes se enrocan en postulados ya superados. Esas mujeres de las que hablan no existen si quiera en sus partidos, ni tan siquiera en sus casas. Todos y todas conocemos a contumaces baluartes de una fe que no es la suya: divorciados, lesbianas que no han salido del armario, gays ejercientes, pero que en las tribunas públicas son capaces de votar contra sus derechos.

Descarto, por supuesto que nuestra sociedad llegue a un punto de madurez suficiente como para cuestionarse la posibilidad de una educación en igualdad que incluya la necesidad de un arrepentimiento, pero sí que considero que solamente desde la firmeza se podrá atajar ese involución de derechos y libertades, ya que en los últimos tiempos hemos visto que logros comúnmente aceptados son motivo de trivialización. No caben medias tintas, ni posicionamientos que convivan con ese estado de cosas. Si la sociedad rechaza con contundencia a quienes titubean en materia de igualdad quizá comprendan que hablamos de las bases de nuestra sociedad. Si la justicia deja de contemporizar con una permisividad de la violencia de género, tal vez avancemos para que las víctimas colaterales de esta lacra, los hijos e hijas, no sigan marginados y se les reconozca su condición de tales, por ejemplo, más allá de la mayoría de edad.

Afortunadamente el sosiego ha parecido regresar en la discusión en las redes, pero eso me ha hecho reflexionar acerca de las personas que se sienten atacados por la igualdad, algo sobre lo que como siempre, ya ha habido alguien que lo ha hecho y con más acierto que yo.

https://www.rioja2.com/n-129405-2-deberian-explicarnos-por-que-alguien-se-siente-amenazado-por-la-igualdad/

Autora: Alicia González

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Ya, pero es que llega un momento en que se agota uno. Probablemente sabes bien de qué estoy hablando, sin necesidad de más explicaciones. O quizá ya he pasado un cierto umbral de edad. No sé. No me gusta nada el cariz que van tomando las discusiones en las redes.

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  2. No sé. Yo personalmente he dejado de comentar en las redes sociales, excepto en mis propios muros, porque me parece horrible la dinámica de la discusión banal y desinformada. Me irrita. Y me duele. La ola de intransigencia que nos invade ya lo domina todo. Es triste

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    1. jaberbock dice:

      Sí, realmente la tentación primera es rendirse ante el acoso de los intolerantes, pero no hay que sucumbir, porque es lo que pretendern, convertirnos en islotes de opinión discrepante frente a la ola de intransigencia que todo lo arrastra. Un abrazo y sigue bregando.

      Le gusta a 1 persona

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